Cierro mis ojos glorificados por estrellas de la noche al vaivén de la luna.
Arrullados bajo las notas prodigiosas con tersura de satén color de nieve.
Intensidad plasmada a mi piel matiz de otoño, esmaltada de bronce y acero enzarzada de sueños, salpicada de rocío.
Navego sobre olas cálidas y dúctiles cubierta de melodía olor a sal y sílice, bajo las estrellas adormecidas por el resplandor de la noche.
La cadencia de tus manos sobre los blancos marfiles me transporta al pasado donde tu magia brota en tu silencio majestuoso que dio vida a la grandeza de tus notas sobre mudos papelones.
Hoy entre notas soy navegante de constelaciones, lluvia y arena, entre gloria y grandeza enaltecida por mis manos firmes y serenas, glorificada por mis palabras constantes y cereñas, corazón enaltecido por suave transparencia, forjado en acero y terciopelo.
Miriam Carrillo
4 octubre 2009