Mis amigos y familiares me han dicho a veces por qué no escribo algo de lo que he vivido. Me parece que la mayor parte de la gente que me rodea, conoce algunas cosas de mí pero no sé cómo empezar. Es difícil contar cosas. Se corre el riesgo de inventar lo que no ha sucedido nunca. De niños somos iguales a todos con pequeñas diferencias. De jóvenes llenos de aspiraciones, de ilusiones y de proyectos inconclusos. De maduros enfrentamos la realidad y a veces reímos y también lloramos y también cosechamos algunos triunfos. Nos dolemos cuando nos toca perder y aguantamos estoicos a que pase ese mal momento. De viejos, recordaremos lo que hicimos y lo que dejamos de hacer, por falta de oportunidades o valor. Y disfrutaremos de los momentos felices pasados que no han de ser tantos como presumimos ante los demás. Esta no es la primera vez que escribo. Leí un comentario que hizo un escritor de fama, al que preguntó un periodista como le hacía para escribir, a lo contestó: " Escribo lo que se me viene a la cabeza sin ningún plan definido y después voy afinando lo escrito, para darle una forma entendible a los demás". Eso trato hoy de hacer. Ha de ser como contar un cuento. Tengo críticos, que con la verdad a la mano me dicen si voy bien o la estoy regando. Esas personas son algunos amigos de mi particular estimación y mi hija Eury que me van a decir si lo escribo está bien o si de plano, mejor me dedico a otra cosa. He decidido hacer narraciones cortas, que quizá no tengan relación entre sí. Cada una de ellas tiene un principio y un final. Unas son producto de mi imaginación y otras cosas vividas alguna vez. He pensado que puedo titular a mis escritos como "Memorias de una Escribana", que copia o escribe lo que me dictan mis recuerdos. Ya antes escribí un libro titulado “Acero y Terciopelo”, otro titulado “Necesidad Manifiesta de Asirte”, y “El Búho, Mariel y yo”. Ahora retorno a las andadas, deslizando las palabras, acomodando las ideas, sacando los recuerdos e inventando lo que serán mañana algunos otros recuerdos. ¿Porqué lo comparto con ustedes?..... Porque las cosas guardadas, de días, de meses de años…. Su huelen a humedad y corremos el riesgo de enmohecernos.
Potrillo corriendo al viento, sonrisa salpicada de durazno y fresco caramelo. Calca de mi madre, sonrisa de mi padre. 21 julio 2009. Miriam Carrillo
Hermanas
Hotel Kafka
Encuentro Internacional de Creadores. Ciudad Invitada: Buenos Aires
Dicen que las manos son el espejo del alma. Con ellas, nos relacionamos físicamente con el entorno, tocándolo, manipulándolo, moldeándolo, y las identificamos de inmediato con el sentido del tacto. Las manos nos sirven para saludar y son el instrumento más útil para alimentarnos. Sus caricias pueden proporcionar placer o aliviar el dolor si las utilizamos para masajear. Dolor que también pueden producir cuando se convierten en herramientas para golpear. Con las manos pueden producirse algunas maravillas que estimulan otros sentidos, como la música, la escritura, el dibujo... Las manos también cuentan historias. He pedido a los modelos que me mostraran sus manos. También les he pedido que me mostraran aquello de sí mismos que consideraran consustancial con sus personas. El resultado es una colección de retratos de doble dirección, la que me lleva a mirar al fotografiado y la que él mismo quiere mostrar. Son fotos singulares. En singular, por su unicidad, en plural, por haber sido creadas por fotógrafo y modelo en un ejercicio de desnudez y confianza. J.H. (para S.G, la descubridora de mundos)